El día que Iker Jiménez casi muere

May 20, 2022
Iker Jimenez casi muere

Iker Jimenez casi muere, así podemos comenzar la anécdota de uno de los semblantes más conocidos de la TV, sobre todo a causa de ‘Cuarto Milenio’, un programa en el que el vasco habla de lo sobrenatural, de historias excepcionales, donde ha aprovechado exactamente para charlar de un acontecimiento que le ocurrió ya hace veinticinco años y por el que temió que podía fallecer.

El comunicador de cuarenta y nueve años ha estrenado este domingo su nueva sección ‘Carreteras secundarias’, donde ha hablado de un horrible acontecimiento en el que sintió auténtico temor y que no ha olvidado aun. Todo ocurrió en la zona de la Sierra del Retín, en Barbate:

“Yo andaba por esos lugares en pos de misterios pues en sus proximidades había habido alguna aproximación de lo misterioso. Eran tiempos sin móviles, caía la noche y no hallaba ningún sitio en el que dormir, así que ya me veía pasando la noche en el vehículo. Me lamentaba por el hecho de que al día después tenía otros cientos y cientos de quilómetros por delante y otras investigaciones para la gaceta en la que trabajaba”.

Fue entonces cuando, en la distancia, vio una “vieja venta de bandoleros”. Apagó el motor de su vehículo y entró en el sitio, donde tuvo una “corazonada inmediata, como un punzón en la nuca, que te afirma que te vayas de allí”.

Mas, Iker decidió quedarse para no “quedar mal delante de esos señores” a pesar de que le intranquilizasen. “Les afirmé que si tenían alojamiento y curiosamente los dos se me acercaron y me afirmaron que sí, mas que les debía acompañar”, ha añadido.

No sabía a dónde lo llevaban

La situación le traía de cabeza al comunicador, y es que debió proseguir a esos señores en su vehículo. “Es cuando la psique se pone a tramar, más que el misterio… Yo no sabía donde me llevaban y la carretera era poco a poco más estrecha”. Iker no sabía donde iba, y fue ahí cuando el pavor se comenzó a apoderar de él: “Empecé a meditar que eso iba a terminar mal, que me llevaban a un lugar para saquearme y vaya a saber qué más”.

Sierra del Retín, Barbate

Llegaron a un sitio que poco persuadió al televisivo, mas que era la única opción que se le presentó aquella noche. Un lugar en el que daba la sensación de que no había pasado gente en un buen tiempo y donde su habitación no tenía llave. “Era tal mi tensión, mi soledad, que aun me fijé que la puerta de entrada tampoco tenía llave. Creí que había caído en la trampa y que era verdaderamente un idiota. Creí que debía irme corriendo”, ha confesado.

Ya en plena noche, y solo, Iker Jiménez decidió sentarse sobre la cama y leer un dosier de la gaceta ‘Más allá’, algo que provocó que su inquietud creciera: “Estaba solo, en ese cobijo de la Sierra del Retín, aguardando a que viniesen mis verdugos, conforme mi psique, y leyendo unas cosas espantosas. Ya no sabía qué hacer”.

Recuperando la cordura

Les doy mi palabra que en un instante dado veía en la obscuridad del baño una figura, mas ¿era alguien humano que había entrad? Procuré aliviarme y aguardar al amanecer, mas escuché unas voces, como unos susurros, como un diálogo entre personas… Me asomé y al final del corredor vi a alguien agazapado, de cuclillas, como aguardándome. No llevaba ningún arma ni nada”, ha comentado, aduciendo que no sabe qué pasó con certidumbre aquella noche.

“Pasé una noche de auténtico terror, si bien no me hirieron. Tiempo después, imaginé que igual solo me habían querido asistir. Volví a aquel sitio un par de veces y jamás hallé la venta ni el cobijo. No estaba el lugar ese, probablemente había sido derribado en 5 años. Procuré investigar, mas ya no existía nada”, ha concluido.