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Un misterioso reptil terrestre desenterrado de una arenisca escocesa hace más de 100 años resulta ser miembro de una famosa familia de voladores. Tiny Scleromochlus taylori era un pariente cercano de los pterosaurioslos reptiles alados que vivieron junto a los dinosaurios, según informan los investigadores en la edición en línea del 5 de octubre de la revista Naturaleza.

Este descubrimiento refuerza la idea de que los pterosaurios -los primeros vertebrados que dominaron el vuelo con motor- evolucionaron a partir de ancestros pequeños, bípedos y rápidos.

El estudio también proporciona una respuesta a un viejo misterio: ¿Qué, exactamente, fue S. taylori? «Todo se reduce a la conservación de este animal», dice Davide Foffa, paleontólogo de los Museos Nacionales de Escocia en Edimburgo.

S. taylori se conoce completamente a partir de siete individuos conservados en rocas descubiertas en 1907, fósiles que han sido difíciles de interpretar. Por un lado, no hay huesos reales, sólo huellas en la roca circundante; los huesos han sido lavados hace tiempo. Numerosos estudios han descrito y redescrito la criatura a partir de estos fósiles. Y estos análisis han sugerido a su vez que S. taylori estaba más estrechamente relacionado con los dinosaurios, o con los pterosaurios, o incluso con los ancestros de los cocodrilos.

Lo que está claro es que el pequeño reptil, que vivió hace unos 230 millones de años, tenía unas proporciones corporales muy extrañas, explica Foffa. Con menos de 20 centímetros de largo, «cabría en la palma de la mano», pero su cabeza era muy grande para su cuerpo. También tenía el cuello corto y las patas traseras largas. Pero esta descripción aproximada no es suficiente para identificar a los parientes más cercanos de la criatura; eso requiere detalles más precisos sobre el cráneo, la mandíbula, las proporciones del cuerpo, etc.

Por ello, Foffa y sus colegas utilizaron una tecnología de escaneo no invasiva llamada tomografía microcomputada para recopilar datos no disponibles anteriormente sobre los fósiles, desde la longitud de la cola hasta la forma de la mandíbula y el tamaño de los huesos del pie.

Algunos de los rasgos de la criatura -como su gigantesca cabeza- son similares a los de los pterosaurios. Otras, como la orientación de su mandíbula inferior, no se parecen en nada a los pterosaurios, según el equipo. S. taylori no tenían adaptaciones identificables para volar, saltar o vivir en los árboles, dice el equipo. En cambio, probablemente fue un corredor.

Reconstrucción de un esqueleto de Scleromochlus taylori.
Un nuevo análisis de tomografía microcompacta de siete esqueletos de Scleromochlus. Scleromochlus taylori permitió a los investigadores crear esta reconstrucción en 3D de su esqueleto, revelando nuevas pistas sobre el lugar que ocupa la misteriosa criatura en el árbol de la vida. La criatura compartía algunos rasgos anatómicos con los pterosaurios, pero lo más probable es que se trate de un lagerpéptido, un grupo de reptiles terrestres conocidos por estar estrechamente relacionados con los pterosaurios.Matt Humpage/Estudios Northern Rogue

Uno de los nuevos descubrimientos más importantes se refiere a la estructura del fémur de la criatura. Tiene grandes similitudes con los pterosaurios y con un grupo de pequeños reptiles terrestres llamados lagerpetos. En particular, la parte inferior del fémur, donde se conecta con la parte inferior de la pierna, tiene una estructura característica de los lagerpetos», explica Foffa.

En conjunto, estos nuevos datos sugieren que la criatura era, casi con toda seguridad, un lagerptido. Aunque los lagerpetos no volaban, eran, como los pterosaurios, «las únicas criaturas que podían volar… han sido recientemente reconocidas como estrechamente relacionadasy forman parte de un grupo llamado colectivamente pterosauromorfos. El ancestro común de los pterosauromorfos fue probablemente un reptil pequeño y veloz.

S. taylorique tiene características de ambos, podría ser un lagerpetido muy temprano, que evolucionó poco después de la separación de estos dos linajes de pterosauromorfos. El hecho de que resultara tener tantos rasgos presentes en ambos linajes fue «un poco sorprendente», dice Martín Ezcurra, paleontólogo del Museo Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires, que no participó en el nuevo estudio. Pero sobre la base del nuevo análisis de los fósiles, la conclusión obvia es S. taylori era un lagerpetido temprano tiene mucho sentido, dice.

Los pterosaurios aparecieron por primera vez en el registro fósil hace unos 220 millones de años, y su anatomía es distinta, incluyendo una cabeza enorme para el tamaño de su cuerpo y unos cuartos dedos superlargos que formaban parte de sus alas (SN: 10/12/10). S. taylori tiene una cabeza grande, pero sus manos siguen siendo pequeñas, señala Ezcurra. «Nos faltan varias formas intermedias que muestran rasgos relacionados con el vuelo activo», añade. Pero este nuevo análisis de fósiles antiguos acerca a los científicos a la época en que comenzó a evolucionar el cuerpo único y altamente adaptado al vuelo de los pterosaurios (SN: 22/07/21).

Es difícil decir cómo podría ser un protopterosaurio de este tipo, dice Hans Sues, paleontólogo del Instituto Smithsoniano de Washington, D.C., que no participó en el nuevo estudio. «Scleromochlus es un animal diminuto, y es concebible que una forma afín de cuerpo pequeño trepara por los árboles y acabara dando lugar a un protopterosaurio, tal vez pasando por una etapa intermedia de deslizamiento.